Terras do Miño: Lic Parga-Ladra-Támoga

El 7 de noviembre de 2002 la UNESCO incluyó "Terras do Miño" en la Red Mundial de Reservas de la Biosfera.

Desde entonces, este territorio, de 363.669 hectáreas e integrado por 26 municipios situados en la cuenca alta del río Miño, pasó a ostentar la máxima catalogación medioambiental. Este galardón supone el reconocimiento pleno a la convivencia sostenible, a una forma de vida que, durante siglos, supo compatibilizar el desarrollo de actividades productivas con la protección del ecosistema.

Esta especial interacción entre el hombre y la naturaleza permitió que "Terras do Miño" se convirtiese en la primera Reserva de la Biosfera de Galicia y una de las más extensas de España. Su ámbito geográfico, que abarca el 39% de la provincia de Lugo, incluye los municipios de Ourol, O Valadouro, Muras, Alfoz, Mondoñedo, Abadín, Xermade, Vilalba, A Pastoriza, Riotorto, Guitiriz, Cospeito, Meira, Begonte, Rábade, Castro de Rei, Outeiro de Rei, Pol, Lugo, Friol, Castroverde, Guntín, O Corgo, Baralla, O Páramo e Láncara.

El ecosistema

Destaca la calidad ambiental y la riqueza natural de la zona. Especial mención merece la variedad florística, representada sobre todo por los bosques de ribera, uno de los mejores ecosistemas fluviales de Europa. A esta riqueza se suman árboles centenarios, plantas acuáticas y otras especies protegidas.

La calidad de las aguas del río Miño y de sus afluentes en este tramo se suma a la riqueza faunística del entorno y favorece la conservación de especies como el mejillón de río o las nutrias, mientras las zonas montañosas albergan especies emblemáticas como el lobo.

Los ecosistemas fluviales y lagunares de los ríos Parga-Ladra-Támoga y la totalidad de los paisajes de montaña de la Sierra del Xistral, fueron declarados Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) dentro de la Red Europea Natura 2000 y forman parte de la Red Gallega de Espacios Naturales.

Características geológicas

Multitud de ríos y regatos confluyen en el Miño, eje vertebrador del territorio, nacidos en la Sierra del Xistral. Esta Sierra limita la Reserva por el norte y da paso a la gran llanura de Terra Chá, que muestra en toda su plenitud el paisaje característico de los bosques de la ribera, pastizales y robles.

El agua, siempre presente en la Reserva, ve acompañado su recorrido con excelentes muestras de bosques primarios, asociados a las riberas y a zonas mojadas.

El territorio incluido en la reserva alberga una nutrida representación de ecosistemas, paisajes, hábitats y especies de gran significación ambiental y biogeográfico. Entre estos componentes de la biodiversidad destaca el gran número de "Hábitats Prioritarios" y "Hábitats de Interés Comunitario", establecidos de acuerdo con la Directiva 92/43/CEE: robles galaico-portugueses (Quercus pyrenaica y Q. robur), bosques aluviales (Alnus glutinosa y Fraxinus excelsior), turberas altas y de cobertor, lagunas, ríos, brezales (Erica australis), matorrales mojados (Ulex europaeus, Cytissus ingramii, etc), así como un importante contingente de poblaciones de "Especies Prioritarias" y "Especies de Interés Comunitario (Luronium natans, Eryngium viviparum, Narcissus bulbocodium, Narcissus pseudonarcissus nobilis, Sphagnum pilayssi, etc.

Junto al lobo ibérico (Canis lupus), topamos también en esta área natural nutrias (Lutra lutra) y mejillones de río (Margaritifera margaritifera), especies ambas de las que por su extrema sensibilidad a la contaminación de las aguas, son verdaderos bioindicadores del buen estado de los sistemas fluviales.

Actividades humanas

La arquitectura tradicional se funde con el paisaje a modo de complemento del ecosistema y ejemplo de desarrollo sostenible. Una amplia variedad de molinos, canales, piedras de molino, mazos, sierras, fraguas y dinamos trazan la llamada "cultura del agua" y se erigen como testigos de la integración durante siglos entre hombre y naturaleza.

Las actividades agrarias y silvo-pastorales tradicionales dibujan mosaicos de praderas y campos de cultivo, alternados con amplias zonas de matorrales y bosques.Los robles, abundantes en esta zona, sirven de aprovechamiento a razas de ganado autóctonas, como la vaca "rubia gallega" o el "caballo del monte".

El legado romano, omnipresente en esta tierra, se muestra poderoso en torno a las Murallas de Lugo, declaradas por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad el 30 de noviembre de 2000.

Terras do Miño: LIC ¿Parga-Ladra-Támoga¿

El Programa Life-Naturaleza es una herramienta económica diseñada por la Unión Europea para preservar el medio natural y de la que se está beneficiando el lugar de interés comunitario Parga-Ladra-Támoga y, fundamentalmente, dos entornos medioambientales de gran riqueza en nuestra provincia: la Insua de San Roque, situada en los términos municipales de Outeiro de Rei y Rábade, y Os Pozos do Ollo, en Begonte.

El INLUDES está desarrollando varias acciones encaminadas a la protección y conservación de estos espacios naturales incluidos dentro de la propuesta gallega a la Red Natura 2000 y agrupados bajo el Proyecto Parga-Ladra-Támoga: Mejora de un bosque inundable y lago distrófico. En esta área natural se localizaron 15 hábitats de interés comunitario, 4 de ellos prioritarios: bosques aluviales de Alnes-Fraxinus, abedules pantanosos Betulo-Molinietum, turberas altas de E. tetralix y Sphagnum y turberas altas de Cladium mariscus. A estas variedades se suman otras 3 especies de interés comunitario, una de ellas prioritaria: Eryngium viviparum Gay.

Aunque muchas áreas de LIC Parga-Ladra-Támoga presentan una elevada naturalidad, la acción ejercida por el hombre durante los últimos años (construcción de vías de comunicación, desecación de terrenos, expansión de cultivos herbáceos y forestales) supuso una notable degradación, mermando las poblaciones de las especies más sensibles (Eryngium viviparum Gay, Luronium natans [L.] Rafin, Margaritifera margaritifera L.)

Al amparo de Life-Natureza, se plantea un proyecto de restauración y gestión activa sobre estas tres especies, presentes en dos de las áreas concretas del ámbito territorial de este LIC: la zona de Os Pozos del Ollo y la Insua de San Roque. Estas acciones contribuirán, paralelamente, a favorecer el mantenimiento de otras especies acuáticas y de los hábitats naturales en que se integran.

El fin primordial del proyecto LIC Parga-Ladra-Támoga

Los objetivos son: la mejora de un bosque inundable y lago distrófico, la conservación de 38.8 hectáreas de bosque aluvial y bosque de ribera y de 1.3 hectáreas de lago distrófico; la recuperación de 14,5 hectáreas para especies y hábitats de interés y la protección de 3.836 hectáreas con 15 hábitats y tres especies de interés.

Para conseguir estos objetivos se pusieron en marcha varias acciones: restauración y adecuación de las zonas dañadas, diseño de una senda natural que facilite el acceso sostenible a ella, protección del entorno a través de bandas de vegetación que actúen como filtro verde, y eliminación de una alga invasora que perjudica el desarrollo de la flora acuática.Para la eliminación de esta especie se está utilizando el ¿batuxo¿, barca tradicional del Miño, elaborada artesanalmente para tal labor, y recuperada también para tareas de educación y conocimiento medioambiental del medio.

Este tipo de intervenciones medioambientales servirá además para paliar los efectos negativos que padece este entorno natural y que se derivan de los cambios en el uso del suelo, la destrucción de lugares de interés prioritario por la acción del hombre e invasión de especies alóctonas, la eliminación de especies de interés comunitario, el uso intensivo del suelo con fines urbanísticos y recreativos y la falta de concienciación ambiental.

Frente a estas amenazas se propone el desarrollo de una gestión integral, orientada a la preservación futura de enclaves naturales provistos de una riqueza florística y faunística privilegiadas.

Se puede obtener información más detallada sobre este programa a través del sitio web http://life.xamedia.com